Es una pequeña recopilación de 2 historias conmovedoras de encuentros con almas en los cementerios...
La espera
En los panteones los veladores siempre tienen historias interesantes que contar, por lo cuál siempre me sentía atraído a preguntarle sobre alguna que otra historia. Por lo cuál tengo cientos de historias que me gustan compartir. La historia que más recuerdo es la de cierto velador que siempre sentía tristeza al ver entierros de pequeños, por que en su juventud no podía olvidar al suceso que le cambio completamente su vida.
"Ese día no podre olvidarlo, todos lloraban desconsolados por la perdida de la pequeña. La madre estaba completamente destruida por haber pedido a su hija que solo podía decir mientras lloraba, - no tengas miedo hija, algún día me volveré a reunir contigo, amor.-" Hablando con un sentimiento de tristeza.
"Después del entierro la madre no quería irse, por lo que su esposo tuvo que tomarla de la mano para que se pudiera irse. Al verme, la madre se acerco y solo pudo decirme que me encargaba la tumba de su hija, y que dejaba como regalo de despedida una pequeña muñeca."
" Días después aquella muñeca que había dejado su madre, amanecía en diferentes lugares del panteón. Usualmente la encontraba en una pequeña banca que lo utilizaban los visitantes. Yo me había cansado de siempre regresar la muñeca a su lugar, entonces decidí vigilar aquella tumba para saber quien era la persona que se llevaba la muñeca."
"Los primeros días fueron sin éxito, la muñeca seguía en su sitio. Pero un día que me tocaba turno de noche, fui a dar un paseo por aquella tumba. Al pasar por ahí me quede sin poder hablar. Ante mí se encontraba el fantasma de una niña que estaba saliendo de la tumba. No puedo decir que tenía miedo, creo que el sentimiento que tenía era de estar impactado ante tal situación, digo ver a un fantasma y no sentir temor era más porque aquella niña la veía como un ángel que desaparecía mientras caminaba hacia atrás del panteón."
"Todos los días me sentía extraño, pero me había decidido a intentar hablar con aquel espíritu. Así que un día en mi turno de noche vi de reojo aquella niña sentada junto a la muñeca por lo que le pregunte por seguía en el panteón. Ella con una voz amable me dijo espero a mi mamita, ella dijo que algún día regresaría."
"Aunque quise continuar la platica aquel alma se levanto de la banca y se desvaneció mientras caminaba entre las tumba, no podía creer que había podido hablar con un fantasma... digo no es algo normal".
"Después de aquel experiencia, siempre veía aquella niña pasear en el panteón pero ya no tan cerca como antes. Pasaron muchos años y realmente había dejado de estar obsesionado en hablar con la pequeña, ya que era mejor que la dejará descansar en paz".
"Cierta noche de nuevo en mi turno nocturno me encontraba en mi pequeña caseta de vigilancia, cuando alguien tocó suavemente la puerta. Fue mi sorpresa al ver aquella niña en frente luego de tantos años, yo un poco confundido le pregunte que hacia aquí que era mejor que descansará. La pequeña me dijo que me venia a dar la gracias por cuidarla todos estos años y que veía a despedirse ya que su madre vendría a buscarla mañana. Realmente no entendía lo que sucedía pero la pequeña se despidió y se fue caminando mientras la perdía de vista."
"Al día siguiente temprano llego un féretro y al acercarme vi que se trataba de la madre de la pequeña que había fallecido. Esta impredecible la vida pero ciertamente ahora estoy tranquilo sabiendo aquella niña por fin descanso en paz y que luego de ello ya no la vi rondando por el panteón".
Charlando con un fantasma
En el pueblo Cuxpala del Estado de Zacatecas abundan miles de historias de encuentros con fallecidos en los panteones.
Cuentan que una señora llamada Letty iba muy seguido a limpiar la tumba de su suegro, por lo que era muy común encontrarse con conocidos. Ella decía que siempre que iba encontraba a un señor sentado en la lapida de enfrente y que siempre hablaba con él mientras limpiaba la tumba. Se cuenta que la última vez que lo vio comenzó una fuerte lluvia por lo que le dijo al señor, que era momento de se fuera a su casa ya que parecía que la lluvia iba a seguir todo el día. A lo que el hombre le contestó que no se podía ir ya que ahí era su hogar.
La historia dice que la señora Letty le contó lo sucedido a su esposo e investigando se dieron cuenta que aquel hombre ya había fallecido hace 10 años y que la lapida donde siempre lo veía sentado era la tumba de aquel hombre.